LOS COTSWOLDS 2017: Llegada a Londres: ¡a conducir del revés!

Sábado, 10 de Junio de 2017.
Hoy comenzaba una nueva aventura viajera. A diferencia de los últimos años, en esta ocasión teníamos menos días, por lo que nos íbamos más cerquita: ruta por la campiña inglesa –conocida como Los Cotswolds– y unos días en nuestro tan querido Londres.

El comienzo del viaje se nos hacía raro: en primer lugar salíamos directamente de Asturias (raro que algún vuelo internacional salga de nuestra región…) y, por otra parte, no teníamos por delante un porrón de horas en avión. Nada que ver con los años anteriores en los que nos fuimos a Japón Estados Unidos…
Nuestro vuelo salía a las 14:50, así que tomamos un tentempié rápido en casa y nos fuimos para allá, como suele ser habitual, con “nuestro chófer particular»: mi padre. 😉

Una vez dejamos las maletas en facturación y pasamos el control, tocaba esperar y cruzar los dedos para que el vuelo saliera puntual. Y, afortunadamente, así fue: llegamos a Londres Heathrow con puntualidad británica, a las 15:45 h.
Tras pasar el control de pasaportes sin ningún inconveniente y recoger las maletas, pusimos rumbo a la parada de buses de los coches de alquiler para recoger el nuestro, que habíamos reservado unos meses antes a través de Easy Terra.
La empresa que nos iba a proporcionar el coche era «Enterprise», y su autobús no tardó apenas en llegar, con lo que enseguida llegamos a las oficinas; además, el chófer, de la que íbamos, nos preguntó a nombre de quién estaba la reserva, para avisarles allí y que, de esa forma, ya tuvieran todos los papeles preparados a nuestra llegada. ¡Qué organizados son estos ingleses!

Una vez allí, papeleo, firmas, y demás tinglados que siempre hay que llevar a cabo en estos casos… ¡y nos dieron nuestro cochecito! En esta ocasión, y a diferencia de nuestros anteriores road-trips por la Costa Oeste y la Este de USA, nos decidimos por coger un coche de la gama de los compactos y, por supuesto, con cambio automático. Sergio (que como siempre era quien iba a conducir) no estaba dispuesto a liarla parda con un coche al que hubiera que meterle las marchas con la mano izquierda. ¡Imaginaos la que se podría haber armado! Jeje….

Total, que nos dieron esta “joyita”: un Toyota Auris muy nuevecito, aunque bastante canijo…

coche de alquiler para ruta por Los Cotswolds

Tras meter las maletas en el mini-maletero –trabajo nos costó, no creáis- e instalarnos -¡qué raro se hace estar “al revés”!-, pusimos rumbo a nuestro primer destino, en la zona ya de Los Cotswolds: “The Ebrington Arms”, un pub cerca de Chipping Campden, donde nos íbamos a alojar durante los siguientes tres días.

Vamos a seros sinceros y confesaros que lo pasamos un poquito mal al conducir por el lado “equivocado” (porque son ellos quienes lo están xD), sobre todo al salir del aeropuerto, donde había mucho tráfico, y en las rotondas, donde por inercia miras hacia la izquierda… Además, nosotros estamos acostumbrados a conducir un coche grande –es el que tenemos- y con este tan chiquitín nos daba la sensación de poca seguridad, aunque ya os adelanto que no tuvimos ningún problema en este aspecto durante todo el viaje. Lo que Sergio sí que tiene claro, y así me lo hizo saber, es que para futuros viajes, nada de «compactos»: nos decantaremos por nuestros tan queridos «SUV». 🙂

El trayecto hasta nuestro primer hotel se hizo un poco más largo de lo que sería lo normal, simplemente por el tema de la conducción por el carril izquierdo. Lo cierto es que íbamos bastante nerviosos y con mucho cuidado. No queríamos comenzar nuestra aventura con un accidente en carretera… Pero como Sergio es un gran conductor, ya lo sabéis de viajes anteriores ;-), llegamos sanos y salvos tras aproximadamente una hora y media.

Situado en la pequeña localidad de Ebrington, a 3 kilómetros de Chipping Campden, «The Ebrington Arms» es un pub tradicional inglés que data del siglo XVII; de hecho, llevan en funcionamiento más de 300 años. ¡Ahí es nada! Las habitaciones está situadas, como suele ser habitual en estos sitios, sobre el pub; y éste, también habitualmente, suele ser el único bar del pueblo (nos pasó en más de una ocasión).

fachada delantera del Ebrington Arms en Chipping Campden

backyard del Ebrington Arms en Chipping Campden

zona del pub del Ebrington Arms en Chipping Campden 1

zona del pub del Ebrington Arms en Chipping Campden 2

zona del pub del Ebrington Arms en Chipping Campden 3

Cuando llegamos, dejamos el coche en el aparcamiento y entramos en el pub, el cual estaba a rebosar (las fotos de arriba son de la mañana siguiente, cuando bajamos a desayunar). Buscamos a alguien a quien pudiésemos preguntar sobre nuestra reserva y enseguida nos atendió uno de los chicos que estaba detrás de la barra. Y así, sin hacer el check-in habitual de los hoteles, sin mostrar el pasaporte, simplemente comprobando que estábamos en el libro de reservas, nos dio la llave de la habitación y nos acompañó hasta allí para mostrárnosla y darnos las indicaciones oportunas.
¡Y qué pasada de habitación! ¡Nos encantó!

cama del Ebrington Arms en Chipping Campden

ventana con sillón del Ebrington Arms en Chipping Campden

tocador del Ebrington Arms en Chipping Campden

armario y butaca del Ebrington Arms en Chipping Campden

¿Y el baño? Ains, esa bañera de mis sueños…

baño del Ebrington Arms en Chipping Campden 1

baño del Ebrington Arms en Chipping Campden

Bajamos al coche a por el equipaje, nos acomodamos en la habitación, nos refrescamos un poco y enseguida dieron las 19:30, la hora en la que teníamos reservada la mesa para cenar en el pub.
Nuestra primera experiencia gastronómica inglesa fue de lo más satisfactoria: una gran hamburguesa para Sergio, un plato de bacalao para mí, todo regado con buena cerveza británica.

A pesar de que el viaje en avión no había sido largo, estábamos bastante cansados, sobre todo debido a los nervios que la conducción nos había causado, así que nos fuimos tempranito para la cama.
Por cierto, que a pesar de que el pub estaba llenito y se oía bastante a la gente, como a las 11 de la noche cerraba, no hubo mayor problema a la hora de dormir. 😉

Esto no había hecho más que comenzar y la ilusión por conocer esta zona tan bonita de Inglaterra ya empezaba a aflorar…

Lidia en el Ebrington Arms en Chipping Campden