Ese año 2014 las vacaciones queríamos hacerlas distintas: dos viajes cortitos y “por aquí cerca”, así que la primera opción que nos vino a la cabeza fue hacer un tour por España… hasta que yo vi una foto del Palacio da Pena en Sintra y se me encendió la bombilla: Lisboa. Está aquí cerquita, todo el mundo habla maravillas de esta ciudad –así como del resto de Portugal, todo sea dicho- , no parecía un destino caro y podíamos ir en coche aprovechando así, en cierta medida, la primera idea de visitar alguna ciudad de España por el camino.
Así que nos pusimos manos a la obra y pensamos, lo primero, en el itinerario: bajaríamos hasta Ávila donde haríamos la primera noche; luego, seguiríamos hasta la capital lusa, pasando allí la mayor parte de los días; y por último, a la vuelta, nos quedaríamos otra noche en Salamanca, ciudad que ambos conocemos, pero en la que habíamos estado de muy jovencitos, así que nos apetecía volver para “verla con otros ojos”.
La fecha elegida fue primeros de mayo: la primavera nos parece una época estupenda, ya hace calorcito pero no agobiante, los días son mas largos… En fin, que ahí tampoco tuvimos mucha duda.
Y, por último, los hoteles. En Ávila y Salamanca, como sólo era una noche en cada una, lo que más buscamos fue la situación porque no queríamos gastar tiempo en traslados. En Lisboa, no busqué demasiado, la verdad; seguí los consejos de mi amigo Berni que ya había estado en el que finalmente elegimos y fue un total acierto. ¡Gracias guapo!
Algo imprescindible era que los hoteles tuviesen parking o, al menos, que el coche estuviese a buen recaudo. No queríamos arriesgarnos a dejarlo en cualquier lado y llevarnos un susto. Para eso somos bastante exigentes.
Total, que los hoteles elegidos fueron: el “Puerta de la Santa” en Ávila, el “Fénix Lisboa” en Portugal y el “Hostal Plaza Mayor” en Salamanca. De ellos os hablaré en cada etapa correspondiente.
Las reservas en España las hicimos con Booking (siempre con la posibilidad de cancelación) y la de Lisboa directamente en la web del hotel, donde hacían un 12% de descuento, si mal no recuerdo.
Y con esto ya claro, lo único que quedaba era empezar a leer en foros, blogs y demás para saber a dónde queríamos ir, que queríamos hacer,… en fin, empezar a “conocer” un poco la ciudad e ir haciendo nuestra guía personal.
¡Y esperar con ilusión a que llegase el día de comenzar nuestra primera aventura lusa!