Si hay algo en lo que coincide todo el mundo que conocemos que haya visitado Japón, es en la intención de volver al país nipón. ¿Y por qué? Creo que porque este país te enamora nada más pisarlo. Al menos, a nosotros nos sucedió justamente eso. Son muchas las diferencias que existen entre su cultura y la nuestra –a la que estamos acostumbrados, al menos- y creo que eso hace de Japón un lugar tan especial…
Nosotros, ya convertidos en “fans absolutos” del país, no podemos evitar pensar y soñar con volver. ¿Será pronto? ¡Ojalá! Y, a pesar de no necesitar ninguna, estas serían nuestras 10 “excusas” para el regreso…
1.Visitar Nikko. Esta ciudad fue la gran sacrificada en nuestro viaje del 2015. En nuestra ruta no llevábamos suficiente tiempo para hacer todo lo que queríamos para una primera visita a Japón y Nikko quedó relegada a la “segunda posición” tras Kamakura, por la que finalmente nos decidimos.
A día de hoy no sabríamos decir si la decisión tomada en su momento fue o no acertada, pero lo que sí sabemos a ciencia cierta es que Nikko es para nosotros una deuda pendiente.
(fotos cedidas por Verónica, de «Viajar Code: Verónica«)
2. Ver el Monte Fuji. Sí visitamos la región del Monte Fuji en uno de nuestros días del viaje del 2015; concretamente, lo hicimos en una excursión organizada. Sin embargo, tuvimos muy mala suerte con la climatología de ese día (y mira que el resto del viaje no llovió ni uno solo) y ni siquiera pudimos atisbar el querido Fuji-San.
Así que, como podéis imaginar, no podemos pasar de largo y no ver –o al menos volver a intentarlo- el monte más conocido y más querido por los japoneses. No me digáis que no es una verdadera maravilla:
(foto cedida por Verónica, de «Viajar Code: Verónica»)
(foto cedida por Aida y Alfonso, de «Shinkon Japón»)
Lo que nos gustaría sería hacer la subida a la cima, pero quizás esto sea más complicado porque las fechas en las que se puede ascender son muy concretas. Pero, ¿quién sabe? Sólo es cuestión de organizarse bien…
3. Quizás aprovechando el punto anterior, de la que volvemos al Fuji, nos quedaríamos en un onsen de los tantos y tan maravillosos que hay por esta región (Hakone). Sería un verdadero lujo poder disfrutar de un ryokan con onsen privado, por ejemplo, ¿verdad? Imaginaos: después de un largo día de caminata, relajarse en un baño termal sin mayor preocupación que la de disfrutar del momento… ¡Ya nos veo! 🙂
4. Y si dormir en un ryokan es una experiencia fantástica –nosotros lo hicimos en Miyajima…
¿qué me decís de dormir en un templo?
La idea surgió al leer el diario de Aida y Alfonso, “Shinkon Japón”, que pasaron la noche en uno de ellos durante su visita a Koyasan, en su segundo viaje a Japón –por cierto, que este año están organizando el tercero… ¡eso si que es amor! Jeje-. Paz absoluta. Así describen ellos su experiencia en el templo. Tiene que ser maravilloso. Y para mí en especial, que llevo unos cuantos años practicando yoga, poder tomar parte en una sesión de meditación con los monjes… ¡qué os voy a contar!
(foto cedida por Aida y Alfonso, de «Shinkon Japón»)
5. Uno de los lugares a los que Sergio está deseando ir es Hokkaido. Esta isla, la segunda en extensión del archipiélago, es muy poco conocida para los turistas –al menos para los occidentales- y es la prefectura más septentrional del país.Lo cierto es que yo no tengo muy claro el porqué de este deseo de “la otra mitad de Somos2dviaje” de conocer esta isla de Japón, así que imagino que tendrá que explicárnoslo él… jijiji… Quizás se anime un día a realizar un post sobre el tema; ¿qué os parece?
6. Y siguiendo con las islas… ¡queremos volver a Miyajima! Fue una de las mejores experiencias en nuestro viaje del 2015. De hecho, la noche que pasamos allí era el cumple de Sergio, así que podemos decir que el regalo fue para los dos: dormimos en un ryokan, contemplamos el Gran Torii por la noche prácticamente solos, degustamos las famosas ostras de la isla, desayunamos al estilo japonés, visitamos uno de los templos más bonitos con los que nos encontramos durante todo el viaje…
En fin, que aunque ya hayamos estado, consideramos que repetiremos Miyajima la próxima vez que viajemos a Japón. Guardaremos siempre un día para este lugar del país, al igual que guardamos todo lo que vivimos allí en nuestro corazón.
7. Y dejando a un lado las islas, nos centramos ahora en Kyoto, más concretamente, en el barrio de Gion, conocido mundialmente por ser uno de los barrios de geishas más famosos. Y, hablando de geishas, una de las cosas que yo me quedé con muchas ganas de hacer fue asistir a un espectáculo del “Gion Corner”.
En este teatro, además de poder aprender un poco más sobre las maikos y geishas a través de distintas exposiciones, también se puede disfrutar de espectáculos como sus bailes, arreglos florales, celebración del té…
Seguramente muchos pensaréis que es un sitio “demasiado turístico”, y seguramente tenéis razón y estamos de acuerdo con vosotros; pero por otra parte, pensamos que es una buena manera de, si no se tiene demasiado tiempo, disfrutar de varias artes japonesas en pequeñas dosis.
Además, a mí me chifla todo lo que tenga que ver con maikos y geishas; podéis comprobarlo aquí.
8. En un primer viaje a Japón, sabíamos que íbamos a tener que sacrificar muchas cosas; más aún, teniendo en cuenta que no íbamos el tiempo que nos hubiese gustado. Y uno de esos sacrificios que, a día de hoy, se ha convertido en otra de nuestras razones para volver al país nipón, es el pueblo de Shirakawa-go. Se trata de una aldea, considerada Patrimonio de la Humanidad, rodeada de campos de arroz y con construcciones típicas siguiendo un estilo concreto japonés. No puede ser más de postal…
(foto cedida por Aida y Alfonso, de «Shinkon Japón«)
Si solamente con mirar las fotos ya parece que te transportas a otra época, imaginaos estar allí. Tiene que ser una verdadera maravilla…
9. Vámonos ahora con una razón un poco más… lúdica, podríamos decir… jejeje. Y es que estando en Tokio, ¡no nos hicimos ni una Purikura! ¡Somos los peores! Jajajaja…
Ya sé que parece una tontería, pero a mí me hacía gracia meternos en una máquina de esas, tipo foto-matón, que luego retocas con un millón de chorradas. Y mira que entramos en pachinkos, salas recreativas y sitios así en los que seguramente habría cientos de máquinas… pero nada, no logramos encontrar ninguna. Al menos, ninguna que nos gustase a ambos.
Hombre, ya sé que un viaje a Japón no se hace para hacerse uno un Purikura, pero bueno, podríamos decir que será otra “excusa” más para pasarnos por Akihabara… por ejemplo. 😉
10. Y por último, pero seguramente lo más importante para volver a Japón, es para disfrutar de la gente. Cuando nos hacen la típica pregunta de “Y a vosotros, ¿qué fue lo que más os gustó de Japón?”, ambos decimos, sin lugar a dudas y sin pensárnoslo dos veces: “los japoneses”.
Nunca, en ningún lugar del mundo en el que a día de hoy hemos estado, nos hemos encontrado con personas tan amables, serviciales, educadas y respetuosas. Y eso es algo que, lamentablemente, echamos muchas veces de menos… Así que sí: nuestra mayor excusa para volver a Japón son… ¡los japoneses!
NOTA: Queremos agradecer a Verónica («Viajar Code: Verónica») y a Aida («Shinkon Japón») que nos hayan permitido utilizar algunas de las imágenes de sus blogs para poder realizar este post. Ambas son unas enamoradas de Japón y ambas repiten viaje este año al país. ¡Muchísimas gracias, chicas! Os leeremos con ganas… 😉