3 DÍAS EN LONDRES CON MI PADRE – Tercer día (parte II)

Seguimos con la segunda parte de nuestro último día en Londres, que comenzábamos en el anterior post

A eso de las 5 de la tarde, hora muy British… ;-), salíamos de nuevo del hotel ya preparados para lo que serían nuestras últimas  visitas en Londres. Os cuento… Cuando estaba haciendo el planning, mirando cosinas que podíamos hacer y leyendo otros blogs de donde pudiese sacar nuevas ideas, de nuevo me encontré con algo que Vero (de «VIAJAR CODE: Verónica») había hecho en un par de ocasiones y me llamó la atención: se trataba de unas visitas guiadas en español por distintas zonas de la ciudad, de la empresa Londres en Español. Me puse a investigar en su web y vi muchas opciones que me llamaban la atención; entre tantas, no sabía cual escoger así que le pregunté a Vero a través del Twitter y enseguida tuve respuesta tanto de ella (siempre me ayudas tanto, ¡gracias guapa!) como de la empresa, que amablemente nos invitó a hacer el tour que quisiésemos. ¡Vivaaaa! Fue toda una sorpresa y un detallazo por su parte, cosa que agradezco enormemente, ya que pusieron la guinda final a lo que fue un viaje fantástico con mi padre.
Y os preguntaréis… ¿qué visita escogisteis finalmente? Pues una que se llama «Londres Macabro». Suena un poco… así, ¿verdad? Pues es he decir que fue una de las mejores visitas guiadas que yo haya hecho en mi vida. ¡Recomendable 200%! Además tuvimos gran suerte con nuestro guía, Edward, un tipo de lo más gracioso, que conoce muy bien su trabajo y cómo hacer amena una visita, que sabe un montón de cosas y que sabe explicarlas de la manera más chula que me hayan contado jamás. ¡Mil gracias Edward! ¡Ah! Y otro punto que tuvimos a nuestro favor: éramos solo 6 personas en el grupo (bueno, y una cría de unos 8 años la cual, la pobre, Edward hacía que se alejase un poco del grupo cuando tocaba contar las historias más escabrosas…).

Si miráis en el web, nos dicen que durante esta visita «veremos esa otra cara de Londres que en las guías no encuentras y ni siquiera en nuestras otras rutas te enseñamos». Y así fue. Durante el recorrido, no encontramos ni un solo turista, cosa que Edward ya no dijo antes de comenzar la ruta; y también advierte que no se trata de «un tour de fantasmas», eso lo deja bien claro. Durante todo el rato, estuvimos aprendiendo acerca de la Historia de Londres (la más oscura y menos conocida), de anécdotas sucedidas en los edificios que visitábamos, e incluso nos hacía un recorrido por diversas peli y series de tv que habían sido rodadas en estos sitios. Vamos, que aprendimos de todo. Es más, Edward siempre estuvo dispuesto a ayudarnos con cualquier pregunta que le quisiésemos hacer, aunque nada tuviese que ver con el tour.

Después de esta breve introducción, paso a contaros un poquito más en detalle cómo fue y en qué consistió la visita.
Dos advertencias tengo que haceros: la primera, las fotos, al estar hechas de noche y con el móvil no es que sean demasiado buenas (excusa «que os doy» para que vayáis a verlas por vosotros mismos…jijiji…). Y la segunda… ¡se avecinan spoilers! Así que si tenéis previsto ir a Londres y hacer esta visita, quizás no deberíais leerlo… Aunque bueno, tampoco voy a entrar en los detalles más macabros que nos contó Edward, no es plan… 😉

El punto de reunión para comenzar la visita fue a la salida número 2 de la estación de St. Paul’s, a las 18:30; concretamente delante del «Caffè Nero» que hace esquina. No tiene pérdida porque la salida está muy bien indicada y al subir las escaleras hacia el exterior, uno se da de bruces con la cafetería. Nosotros llegamos un ratito antes, así que nos sentamos tomando algo en la terraza para esperar. Un ratito antes llegaba Edward con otra pareja de Barcelona y al poco, otro matrimonio con la niña que os contaba antes. Puntuales, comenzamos el recorrido… ¡qué ganas!

El primer lugar que visitamos, muy cerca del meeting point, fue la Iglesia de Christchurch Greyfriars, o al menos lo que hoy queda de ella, que únicamente es la torre. Establecida en el siglo XIII como un monasterio franciscano, éste fue completamente destruido en tiempos de Enrique VIII, como pasó con todos los monasterios católicos bajo su reinado, al separarse de la Iglesia (historia por todos conocida). La iglesia, sin embargo, fue respetada, aunque el Gran Incendio de Londres de 1666 y, posteriormente, el Blitz (bombardeo alemán sobre la ciudad) de la II Guerra Mundial, la destruyeron completamente. Lo único que queda hoy en día, como os digo, es la torre, reconvertida hoy en día en un apartamento. Sí, sí, como lo leéis; cuando nos lo dijo Edward, yo pensé que nos estaba tomando el pelo… pero no, es un apartamento y está habitado. ¡No digáis que no molaría un montón vivir ahí!

Christchurch Greyfriars Church de Londres

Y aquí comenzaron ya las historias más escabrosas, puesto que en su parte delantera, donde antes se situaba el monasterio y hoy en día es un jardín donde los ejecutivos londinenses se toman su almuerzo (el edificio de La Bolsa está justo enfrente), había un cementerio. De hecho, se puede apreciar alguna que otra tumba… Incluso una reina de Inglaterra, Isabella de Francia, esposa de Eduardo II  (conocida como «La Loba de Francia») está enterrada aquí y hay muchos que creen que fue ella, enamorada de otro hombre, quien acabó con la vida de su marido de una forma de lo más cruel, y de modo que nadie supiese que el rey había sido asesinado. ¡Empezamos fuerte con el tour!
Por la parte trasera de la torre, se encuentran los jardines de la iglesia, que hoy en día son un parque público. Un lugar precioso y «escondido» del bullicio de la City.

parte de los jardines de la Christchurch Greyfriars Church

La siguiente parada, apenas a 5 minutos de allí, fue la Iglesia de St. Bartholomew, la iglesia más antigua de Londres. Debido a la hora que era, no estaba abierta, cosa que según nos contó Edward era una lástima, porque es una de las más bonitas de la ciudad y donde se conserva uno de los mejores legados de la arquitectura normanda.
La parte oscura de la historia de esta iglesia habla del poltergeist de un monje (ya que en su origen el templo fue un priorato) que ronda por la zona debido al robo de una de sus sandalias después de su muerte; la noche, el lugar y la forma de narrar la historia nos hizo meternos de lleno en la leyenda… Y una cosa curiosa: según Edward, el lugar es muy tranquilo, pero siempre que te acercas allí y hablas de el monje, se levanta una ráfaga de viento que hace moverse las hojas de los árboles… ¡y así fue! ¡Jajaja! ¿Sugestión? ¿Paranoia? Juzgad vosotros mismos. 😉
Por cierto, para los cinéfilos: esta es la iglesia escenario de multitud de películas que seguramente todos conocéis, como «Cuatro bodas y un funeral», «Robin Hood, príncipe de los ladrones» con Kevin Costner y mi adorado Alan Rickman o «Shakespeare in love», entre otras.

fachada de la Iglesia de St. Bartholomew en Londres

A la iglesia se accede a través de un arco encima del cual se sitúa la casa rectoral, residencia del párroco de St. Bart’s (abreviatura), un edificio de esos tan chulos de estilo Tudor.

casa rectoral de la iglesia de St. Bartholomew en Londres

Justo enfrente se encuentra el Mercado de Smithfield. Se trata el único mercado histórico que aún permanece en Londres y que lleva en funcionamiento desde hace más de 800 años; es el principal centro de compra de carne de la ciudad, por lo que tiene una gran importancia económica.

mercado de Smithfield de Londres

Sin embargo, nuestra visita no tenía nada que ver con la compra de productos alimenticios, ni por asomo. Si Edward nos había llevado hasta allí era porque la zona en la que hoy se sitúa este gran edificio, era durante la época de los Tudor una gran extensión de prados donde se llevaban a cabo las ejecuciones de los presos. En este punto, los detalles de la forma de morir de los traidores (recordad que la traición era considerada como uno de los mayores crímenes) dados por nuestro querido guía fueron… cuanto menos desagradables. De hecho, fue uno de los momentos en que la niña que venía en nuestro grupo -¿recordáis?- tuvo que «ir a darse un paseo», ¡pobre!

¿Y cuál fue uno de los personajes más famosos ejecutados en Smithfield? ¡Bingo! ¡Sir William Wallace! El líder de la independencia de Escocia y por todos conocido por la peli de Mel Gibson, «Braveheart». Aunque, según Edward, cualquier parecido del film con la realidad, es pura coincidencia.
Como no podía ser de otra forma por la importancia de Wallace para la Historia, tiene su propia placa en conmemoración al lugar de su ejecución:

con la placa de William Wallace en Londres

Justo al lado está el Hospital St. Bartholomew, conocido simplemente como Barts, el más antiguo de Inglaterra, y que sobrevivió al Gran Incendio y al Blitz de la II Guerra Mundial. Su historia es de lo más interesante y en él se desarrollaron grandes hitos de la medicina, como el hecho de que fue aquí donde William Harvey llevara a cabo su investigación sobre el sistema circulatorio en el siglo XVII.

hospital de St. Bartholomew en Londres
Y de nuevo dato para los amantes, en esta ocasión, de la series de tv, en concreto de «Sherlock», protagonizada por Benedict Cumberbatch (completely in love! 😉 ) y Martin Freeman. Es en Barts donde ambos personajes se conocen y es aquí donde, en el último capítulo de la segunda temporada… ¡noooo! No os voy a hacer ningún spoiler, no os preocupéis. Jijiji… A decir verdad, yo no había visto la serie antes, pero al llegar de Londres y contarle a Sergio acerca de este tour, le propuse que la viésemos y aceptó; desde el minuto 1 del capítulo 1 ¡nos hemos hecho fans incondicionales! Personalmente, me reconozco como una «friki-fan». ¡Jaja! De hecho, estoy deseando volver a Londres para buscar más localizaciones de la serie y he descubierto que el hospital puede visitarse. ¡Sergio! ¿Cuándo nos vamos a London? 🙂

Bueno, sigo con la ruta. En frente del hospital Edward nos llevó al lugar donde se encontraba el pub «The Fortune of War». Hoy en día ya no existe y en su lugar hay esta placa:

placa que señala el pub donde se compraban cadáveres en Londres

Lo macabro de este pub es que en él se vendían cadáveres. Sí, sí, como leéis. Os explico: durante la época era tal la cantidad de hospitales donde se impartían clases de medicina (serían como hospitales-universitarios) que la necesidad de cuerpos para el estudio de la anatomía era enorme; como no solía haber suficientes cadáveres donados, «se puso de moda» robar los muertos que uno se encontrase por la calle y llevarlos a este pub, donde según las condiciones de cada uno, el tabernero pagaba más o menos dinero. Los estudiantes de medicina acudían al pub y compraban los cadáveres que más se acercasen a las condiciones que necesitaban para su estudio. En fin, contado así no tiene demasiada «chicha», pero contado por Edward… ¡brutal!

Siguiendo con la ruta pasamos por lugares, cuanto menos, llamativos. Por ejemplo, un pub donde un poltergeist apaga la luz del baño de las chicas (¡qué miedín!) o este otro -no recuerdo el nombre, perdón- que antes de convertirse en un bar, fue uno de los pocos lugares donde se sabe, a ciencia cierta, que Shakespeare vivió (y de hecho compró la propiedad) en su etapa londinense -una placa así lo afirma-:

pub de Londres donde vivió Shakespeare

Todo esto antes de llegar a un callejón donde, se dice, se aparece el diablo en forma de perro negro gigante. Yo no soy muy de creer en cosas de esas, pero tal y como Edward lo contaba, se le ponen a uno los pelos de punta…

callejón del diablo en Londres

Ese callejón, por cierto, se sitúa entre las mansiones millonarias de algunos de los sacerdotes de las parroquias más ricas de la ciudad, y se dice que fue uno de ellos quien fue testigo por última vez de esta aparición.

Íbamos acercándonos ya a la visita final del tour, pero antes y aprovechando que pasábamos por Fleet Street, Edward nos enseñó como anécdota la Iglesia de St. Bride. Se la conoce como la «iglesia de los periodistas», ya que en sus inicios el mundo editorial y oficinas de prensa se situaba en sus alrededores. Como cotilleo, el magnate de la comunicación Rupert Murdoch se casó aquí con Jerry Hall (ex de Mick Jagger) en marzo de este año.
Pero St. Bride’s no es solo conocida por eso, también porque su torre fue la inspiración para las tan famosas tartas de boda que vemos hoy en día en muchos enlaces: a principios del siglo XVIII, un aprendiz de pastelero de la zona, enamorado de la hija de su jefe, decidió impresionarla el día de su boda creando una tarta inspirada en la torre del campanario que veía todos los días desde su pastelería, y esa no era otra que la de la iglesia de los periodistas. Es así como esta torre, la segunda más alta de la City de Londres -solamente la supera St. Paul’s-, se convirtió en el molde de todas las tartas de boda. De hecho si en Google buscáis «iglesia pastel de bodas Londres», las primeras imágenes que os salen son de St. Bride’s. Juzgad vosotros mismos (aunque en la foto no se aprecia demasiado bien)…

iglesia de St Bride en Londres

Desde St. Bride ya pusimos rumbo a nuestra última visita. Se suponía que el tour finalizaba a las 9 de la noche, pero eran ya las 10 menos cuarto y todavía estábamos «de ruta».
El último punto que Edward nos llevó fue la barbería de Sweeney Todd, en la calle Fleet. Se cuenta que este barbero mató, con su navaja de afeitar y en su establecimiento, a unas 150 personas. Y este es el lugar de los supuestos crímenes, un callejón sin salida que, viéndolo de noche, la verdad es que da un poco de repelús…

callejon de la barbería de Sweeney Todd en Londres

Lo «gracioso» es que su novia/amiga tenía a unos metros de allí un pub donde se servía el que, decían, era el mejor pastel de carne de toda la ciudad… ¿Pilláis la conexión? Creo que ya no voy a explicar nada más, cosa que nuestro guía sí hizo… ¡con todo lujo de detalles!

Y así, con la última historia macabra de Londres, finalizamos lo que fue una de las mejores rutas guiadas que yo haya hecho en mi vida. ¡Gracias por la invitación a «Londres en Español»! No dudaré, en mi próxima visita, en volver a repetir; además, Sergio no estaba, así que no se lo puede perder… 😉

Dándole las gracias a Edward por todo y siguiendo sus instrucciones, cogimos el metro en la parada de Temple (a 5 minutos caminando) y con la línea verde, llegamos directos a nuestra estación. Como ya habíamos comprado la cena esa misma tarde, volvimos a comer unos sandwiches en la habitación y, sin demorarnos mucho, nos fuimos a descansar. Había sido un día, mejor dicho, un fin de semana agotador, pero fantástico, y mañana tocaba madrugar para volver a casa.
¡Qué buen final de viaje habíamos tenido! 🙂

brindando en un pub de Londres

CHEERS!!!

 

 

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