(NOTA: esta pequeña escapada no la hicimos Somos2dviaje «al completo», sino que solo viajé yo, Lidia, acompañada de mi padre. Para mí era la quinta vez en Londres, así que prácticamente todo lo que íbamos a visitar era por y para él… 😉
Por cierto, no llevé cámara, así que todas las fotos están hechas con mi iphone, de ahí que la calidad de algunas no sea del todo la mejor…)
La idea de este viaje surgió viendo un documental de la ciudad, en casa de mis padres, y por un comentario de mi padre en plan de broma: «Lidia, ¿cuándo me llevas a Londres?». Y a mí, que me cuesta nada y menos organizar un viaje, «me quedé con la copla» y empecé a maquinar el plan…
Le pregunté a mi madre, en plan top-secret, si le parecía buen idea darle una sorpresa a mi padre e irnos un fin de semana un poquito largo y enseguida me dio el ok. Lo único que a ella, esto de viajar, no le gusta mucho, así que sólo iríamos nosotros dos. Cuando le propuse el plan… ¡aceptó de inmediato! ¡Cómo no! Y es que, en el tema este de viajar, creo que los genes que llevo son 100% paternos. Jejeje…
Con esta premisa, me puse en contacto como siempre con María y Rubén, de Viajes Callejeando por el Mundo para ver si podían encontrarme algún hotel chulo y bien situado. Con tan buena suerte de que pudimos pillar un pack de vuelo + hotel, a un precio bastante apañado, para lo caro que es Londres.
Volaríamos con Easyjet directos desde Asturias, de jueves, llegando a la capital inglesa a las 11:20 de la mañana; en cuanto la vuelta, sería de domingo saliendo de allí a las 10:25. De este modo, aprovechábamos dos días completos y la mitad del jueves. Nada mal para una primera toma de contacto (para mi padre, en este caso).
En cuanto al hotel, escogimos el «Arbor City Hotel», un hotel boutique situado en la zona de Whitechapel, cerca de Brick Lane y el mercado de Spitalfields, con un par de paradas de metro justo al lado.
Ya con el vuelo y el avión, me dispuse a contratar el seguro de viaje. A pesar de viajar tan cerca y tan pocos días, tenía claro que no iba a hacerlo sin seguro, así que, con ayuda de Sergio -que suele ser él el encargado de este punto en todos los viajes-, decidimos contratar con IATI Seguros, con quienes teníamos un 5% de descuento contratando a través de la web del blog de María y Rubén, Callejeando por el Mundo.
Siguiente paso: el traslado desde el aeropuerto de Stansted, adonde llegaba nuestro vuelo, hasta nuestro hotel. Lo cierto es que eso no lo pensé mucho (el bus no es que me guste demasiado, la verdad) y, más aún, después de que María me comentase que con los billetes de tren había la posibilidad de comprar muchas entradas a varios sitios que queríamos visitar en la ciudad, al 2×1. Total, que me fui a la página del Stansted Express y desde allí compré los billetes de tren desde el aeropuerto a la estación de Liverpool Street -la cual estaba cerca del hotel-; por cierto, que al comprarlos con bastante antelación, también tuvimos un buen descuento.
Pues bueno, ya teníamos todo lo principal en cuanto a la «logística»: vuelo, hotel, seguro y traslados. Ahora solo faltaba hacer un planning que se ajustase a lo que quería que mi padre conociese. A él le gusta todo lo que tenga que ver con «bichos», aviones, coches, Historia… así que, conociendo un poquito de Londres como yo lo conozco, los lugares los tenía muy claros. Por este motivo, hacer la ruta para esos 2 días y medio no me resultó nada difícil. Eso sí, ya iba advertido: las pateadas iban a ser de órdago. «No problem!», me contestó. 😉
Los lugares que visitamos, os los iré contando en los próximos posts…
Pues nada, ya estaba todo organizado y no había marcha atrás: ¡me iba a Londres con mi papi!