18 DÍAS EN JAPÓN – Por Asakusa y las alturas de Tokio

Jueves, 28 de mayo de 2015.
Después del madrugón del día anterior, no teníamos intención de levantarnos demasiado temprano, así que habíamos puesto el despertador para las 8 de la mañana; aún así, antes de que sonara, ya estábamos en pie. Hoy teníamos prevista una ruta por el barrio de Asakusa –para ver uno de los templos más famosos de Tokio- , para finalizar el día viendo la ciudad desde las alturas, en el segundo edificio más alto del mundo.

Asakusa es uno de los barrios con más historia del centro de Tokio, donde los grandes carteles luminosos que se ven en otros distritos, dan paso a los templos tradicionales. Durante varios siglos fue el distrito de diversión de Tokio, sobre todo durante el Período Edo (1603 a 1867) porque en él se encontraban los numerosos kabuki (teatros).

Para llegar allí, y debido a que la línea Yamanote no tiene parada, cogimos el metro hasta la estación que lleva el mismo nombre; en 30 minutos estábamos en la salida que da acceso a nuestra primera visita del día: el Templo Senso-ji.

Pero para llegar al propio templo, antes hay que “atravesar” Nakamise-dori, una calle comercial, de unos 250 metros de largo, que une la puerta de entrada al Senjo-ji con la explanada que da acceso a éste.
A lo largo de esta calle podemos encontrar decenas de puestecitos con artesanía, souvenirs, dulces… Una delicia para nuestro afán consumista, vamos. Eso sí: caminas bastante apretadito, de la cantidad de gente que hay…

calle Nakamise-dori repleta de gente antes de entrar al Senso-ji del barrio de Asakusa en Tokiio

Al final de Nakamise-dori, llegamos a la Puerta Kaminarimon, construida hace más de mil años y símbolo del barrio. Da acceso al templo Senso-ji y, si por algo es conocida, es por su enorme linterna de 4 metros de altura, que cuelga de ella.

entrada del templo Senso-ji del barrio de Asakusa en Tokio

La linterna impresiona mucho, sobre todo, cuando pasas por debajo de ella. Desde esa perspectiva es desde donde mejor podemos observar todos sus detalles. ¡Es preciosa!

Lidia delante de la linterna del templo Senso-ji del barrio de Asakusa en Tokio

Pero no es lo único “de talla grande” que podemos ver en el templo. A la entrada, podemos ver colgadas una sandalias gigantescas: las conocidas como sandalias de Buda.

sandalia de Buda en el templo Senso-ji del barrio de Asakusa en Tokio

Aunque quizás después de haber visitado Kioto pierde un poco de fuerza, lo cierto es que este templo es el más antiguo e importante del Tokio y constituye un motivo suficiente para visitar el barrio. De ahí la cantidad de gente con la que nos encontramos allí, a pesar de lo temprano que era.

Al Senso-ji también se le conoce como el “Templo Kannon de Asakusa”. Cuenta la leyenda que en el año 628 dos hermanos pescaron del río Sumida, que pasa por allí, la estatua de la diosa Kannon y, por mucho que ambos intentaron devolverla al río, la estatua siempre volvía a ellos. En consecuencia, el templo fue construido en los alrededores del Sumida, en honor a esta diosa.

Después de recorrer el templo que, como os digo, estaba llenísimo de gente y antes de salir, decidimos comprobar nuestra fortuna comprando un omikuji: un papel de la fortuna. Conseguirlo, es muy fácil. Primero hay que hacer una pequeña ofrenda (en esta ocasión, si no recuerdo mal, fueron ¥100) y seguir las instrucciones que encontramos en el templo.
Hay que coger una caja hexagonal que están junto al sitio donde se hace la ofrenda, agitarla y extraer una varilla que tiene un número.

Lidia cogiendo el palo para sacar papel de la fortuna en Senso-ji de Asakusa en Tokio

Este número nos indica de qué caja tendremos que coger nuestro omikuji:

cajón donde están los papeles de la fortuna del templo Senso-ji de Asakusa en Tokio

Si el papelito que te toca te predice mala suerte, la creencia popular dice que debes atarlo a un árbol ubicado en el templo porque de esta manera la mala suerte se quedará atrapada y los dioses se la llevarán consigo. Si, por el contrario, la suerte predicha es buena, hay dos opciones: o guardas el omikuji y lo llevas contigo, o bien lo dejas también en el templo para que tenga un mayor efecto. Me vais a permitir que no os desvele qué tipo de suerte nos predijo nuestro omikuj… lo mantenemos en secreto. 😉

Antes de salir del templo, volví de nuevo a sacar mi “alma de yoguini” y, viendo una estatua chiquitita de Buda, no pude más que…

Lidia con una estatua de Buda a la salida del templo Senso-ji de Asakusa en Tokio

Salimos del Senso-ji y de nuevo cruzamos Nakamise-dori para hacer alguna compra ya que, a la ida, no compramos nada por no ir cargando con bolsas dentro del templo.

Después de gastar unos cuantos yenes, nos dirigimos hacia el oeste del templo, hacia la calle Kappabashi-dori. No es muy turística que digamos, pero es la mejor calle de Tokio si queremos comprar todo tipo de productos de cocina: cuchillos, palillos, menaje… De hecho en esta calle están las tiendas de las que se proveen los restaurantes de la ciudad.
Mide aproximadamente un kilómetro de larga, así que se recorre bastante bien. Nosotros lo que hicimos fue subirla por una acera y, a la vuelta, bajar por la otra. Y sí, volvimos a gastar algún que otro yen. Entre alguna cosita más, Sergio hizo aquí una compra súper chula: un cuchillo japonés, con mango de madera, y su nombre grabado en el filo. ¡Lo guarda como oro en paño! 😉

Por cierto, la calle es bastante fácil de encontrar ya que en su comienzo, podemos ver este gigantesco cocinero:

inicio de Kappabashi-dori en Tokio

Después del paseo, las compras y de ver tantas réplicas de comida en cera (carísimas, por otra parte), parecía que nos daba el hambre así que decidimos ir a comer. Por esa zona teníamos localizado un restaurante que nos habían recomendado para comer okonomiyaki: el “Sometaro”. ¡Y menudo acierto de recomendación! Se encuentra situado entre Kappabashi-dori y el templo Senso-ji, así que si estáis por esa zona a la hora de comer, no dudéis en probarlo.

Al okonomiyaki se le conoce como la “pizza japonesa”, aunque su sabor poco o nada se le parezca. Se trata de una masa de huevo y harina que se cocina sobre una plancha caliente, con los ingredientes que quieras, dentro de una amplia gama (carne, calamares, repollo, gambas…).

El restaurante está muy chulo, tienes que entrar descalzo porque todo el suelo es de tatami y en cada «mesa» hay una plancha en la que cada uno se cocina -en teoría- su okonomiyaki; pongo lo de «en teoría» porque nosotros no teníamos ni idea de cómo se hacía, así que no quedó más remedio que pedirle a la camarera que nos echase una mano.

restaurante de okonomiyaki Sometaro de Asakusa en Tokio

plancha para hacer okonomiyaki en el restaurante Sometario de Asakusa de Tokio

No recuerdo qué tipo de okonomiyaki pedimos pero lo que sí recuerdo y recordaré siempre es lo buenísimo que estaba todo. Una de los mejores almuerzos del viaje. ¡Sin duda!
Aquí os muestro alguna foto del «proceso de cocinado» de nuestra suculenta comida: primero revuelves bien todo el contenido del bol que te traen con los ingredientes; luego lo pones en la plancha bien caliente (puedes ir controlando tú la temperatura) y en forma de círculo; cuando esté bien hecha, le das la vuelta -esta es la parte más complicada y donde corres el peligro de «desmontarlo» todo…jiji-; y ya cuando veas que está bien cuajadita, la cortas en trocitos, le pones la salsa que quieras y… ¡a comer!

okonomiyaki haciendose en el restaurante Sometaro de Asakusa en Tokio1

okonomiyaki haciendose en el restaurante Sometaro de Asakusa en Tokio2

okonomiyaki del restaurante Sometaro de Asakusa en Tokio

Insisto chicos, si tenéis la oportunidad de visitar este restaurante, os lo recomendamos 100%. Por cierto, pagamos ¥2110.

Después de comer volvimos a la estación de Asakusa donde dejamos todas las bolsas con las compras en las taquillas para no ir cargando con ellas el resto de la tarde (¥500).
Desde allí nos dirigimos al barrio de Sumida, donde está situada nuestra siguiente visita: la Tokyo SkyTree. Inaugurada el 22 de mayo del 2012, es el último gran edificio de la ciudad: una torre de telecomunicaciones, la más alta del mundo, con sus 634 metros de altura. Además, es el segundo más alto del mundo, después del Burj Khalifa, de Dubai.

Para llegar hasta allí, fuimos dando un agradable paseo por el Parque Sumida, a orillas del río del mismo nombre. Desde este parque se puede ver uno de los edificios más conocidos de Tokio: la sede de la cerveza “Asahi”, una extraña torre con forma de cerveza. Además de otras construcciones, cuanto menos, “llamativas”:

skyline del Tokio con el Skytree entre los edificios visto desde el Sumida Park

Llegamos a la base de la torre en unos 20 minutos, paseando tranquilamente. Allí se encuentra el “Tokyo Solamachi”, un gran centro comercial de 4 pisos con cerca de 300 tiendas y restaurantes. Al complejo también pertenece un pequeño rascacielos, el “Skytree East Building”, en cuyos dos pisos superiores hay más restaurantes con vistas panorámicas y dos atracciones especiales: el “Sumida Aquarium” y el “Tenku Planetarium”.

Lo cierto es que la torre, vista desde su punto más bajo, impresiona. Y mucho.

torre Skytree vista desde abajo

He de deciros la verdad: yo soy de las personas que tiene miedo a las alturas. Aún así, “me subo” a todo –o casi todo- tipo de sitios de este tipo. Luego, una vez arriba, ya me da el cague (con perdón) y lo paso, unas veces un poquito mejor y otras peor… ¡Pero que no se diga que yo no subo! Jiji…

Una vez en el complejo de la SkyTree, lo primero que hicimos fue ir a comprar las entradas para subir, para lo que hay que ir al 4º piso del “Tokyo Solamachi”.
Hay que tener en cuenta que te dan primero un papelito con la hora asignada para la subida (ya que hay un cupo de personas máximo); después, a la hora que te hayan asignado, ya pasas dentro del edificio donde adquieres las entradas.
A nosotros nos dieron para las 17:00-17:30, y como aún era temprano, pues lo que hicimos fue dar un paseo por el centro comercial.

A las 5 en punto, entramos para comprar los billetes de subida. Hay bastante cola, pero va rápido. Hay dos posibilidades de entradas, ya que la torre tiene dos observatorios distintos abiertos al público. Os cuento:

  • El Tokyo SkyTree Tembo Deck: es la primera plataforma, que se divide en 3 niveles, a una altura entre 340 y 350 metros y se puede alcanzar en unos 60 segundos a través del ascensor más rápido de Japón.
  • La Tokyo SkyTree Tembo Galleria: la segunda plataforma, cuyo billete de entrada (que conlleva un extra) se adquiere en el observatorio anterior. Desde allí, a través de otro ascensor, se alcanza una altura de 445 metros, donde comienza el skywalk, un camino circular de cristal que gira alrededor de la torre, y se accede al punto más alto de la torre abierto al público (a 451,2 metros)

Nosotros decidimos subir sólo al primer observatorio, especialmente por mí, que tenía claro que no iba a caminar por encima de un camino de cristal desde donde pudiese ver el vacío. Una cosa es subir… otra es morirme de miedo porque sí. Le dije a Sergio que subiera él, que yo le podía esperar abajo, pero no quiso, así que nos quedamos a 350 metros. ¡Que ya es bastante! Pagamos ¥2060 cada uno.

Lidia mostrando el piso al que subimos en la torre Skytree de Tokio

Una vez arriba, lo cierto es que es una experiencia única. Hay que subir, aunque tengas miedo a las alturas. Puedes pasear toooodo alrededor de la torre, teniendo unas vistas de la ciudad inigualables.

vistas de Tokio desde la torre Skytree3

vistas de Tokio desde la torre Skytree2

vistas de Tokio desde la torre Skytree1

Eran las 6 de la tarde más o menos cuando bajamos de la torre y pusimos rumbo a Asakusa Station. De nuevo hicimos el mismo paseo, junto al río y atravesando el Parque Sumida.
Antes de llegar a la estación, vimos un “Burguer King” de camino y decidimos parar allí a cenar (¥1190). Al acabar, volvimos a recoger las bolsas que habíamos dejado en las taquillas y desde allí volvimos en metro al hotel.

Al día siguiente teníamos de nuevo excursión. Lamentablemente, no salió como esperábamos… ¡una pena! Pero eso os lo contaré en el próximo post.

 

 

GASTOS DEL DÍA:

comida «Okonomiyaki Sometaro»: ¥2110
taquillas en Asakusa Station: ¥500
entradas al Tokyo SkyTree: ¥4120
cena «Burguer King»: ¥1190

TOTAL:  ¥7920 (aprox. 58€)